Add parallel Print Page Options

De buena gana tu pueblo se ofrecerá
    cuando juntes tu ejército.
Sobre las montañas sagradas los conducirás;
    se reunirán temprano en la mañana;
    te rodearán y no se apartarán de ti.

El SEÑOR hizo una promesa
    y no se echará atrás:
«Serás sacerdote para siempre,
    de la misma manera que Melquisedec».

El Señor está a tu derecha,
    y el día de su enojo hará pedazos a los reyes.

Read full chapter